Los líderes gerenciales no solo tienen que evolucionar rápidamente en este nuevo y dinámico entorno, pero también necesitan defender el cambio en toda la organización para tender un puente entre los negocios antiguos y nuevos. La era de la IA define un mandato claro. En pocas palabras, debemos encontrar formas más inteligentes de liderar las empresas cada vez más digitales. Los seres humanos pueden aportar inteligencia emocional, conocimiento organizacional, pensamiento crítico, juicio moral, talento creativo al liderazgo gerencial y la toma de decisiones. Sin embargo, el cerebro humano también tiene limitaciones y está plagado de sesgos naturales, que la IA puede contrarrestar con análisis de datos intensos. En última instancia, la IA equipa a los líderes gerenciales con pruebas sólidas, posibles resultados y predicciones que pueden ayudarlos a tomar decisiones informadas, bien pensadas, sin emociones y basadas en datos. Estamos entrando en una era en la que la inteligencia artificial (IA) se está convirtiendo en una propuesta seria a nivel de liderazgo gerencial, preparándonos para un futuro en el que los humanos y las máquinas puedan trabajar juntos, de manera cooperativa y armoniosa. Es demasiado pronto para saber el impacto preciso que tendrá la IA en las organizaciones. Pero, es claro que revolucionara la forma de liderar, la IA tiene la capacidad de aumentar la toma de decisiones humana, llevando a la sala de juntas una resolución de problemas más compleja y un análisis de datos imparcial de lo que sería posible de otra manera. Entonces, ¿dónde deja esto a los líderes gerenciales? Deben repensar su postura de liderazgo desde una perspectiva más “humana” y asimilar las siguientes habilidades: 1. Aprender a desaprender En la era de la IA, la tecnología y los modelos comerciales se transformarán a una velocidad increíble. Esto significa que el conocimiento adquirido a través de la experiencia rápidamente se volverá redundante. Los líderes no pueden permitirse el lujo de aferrarse a ideas pasadas de moda; de hecho, deben “aprender a desaprender”. Esto implica dejar de lado las nociones preconcebidas y buscar conocimiento en nuevas áreas. La antigua forma de hacer las cosas debe dar paso a enfoques nuevos. Esto también requiere una actitud abierta, donde los líderes aceptan contribuciones significativas de los colaboradores, así como de los trabajadores externos en todos los niveles. 2. Visualización de un plan a largo plazo, pero que no esté escrito en piedra La previsión siempre ha sido una valiosa habilidad de liderazgo, pero adquiere una nueva dimensión en la era de la IA. Si bien es importante saber exactamente hacia dónde se dirige su equipo / organización, la hoja de ruta debe estar abierta a cambios frecuentes. Los líderes efectivos del mañana serán visionarios ágiles y desarrollarán una estrategia que se adapte a los rápidos cambios en el entorno empresarial, socioeconómico o político. 3. Desarrollar habilidades sociales para navegar a través de la novedad de la IA Curiosamente, el auge de tecnologías avanzadas como la IA ha hecho que las habilidades blandas sean más críticas. A medida que la automatización agiliza las tareas basadas en procesos, cambiará el rol de los líderes y cómo interactúan con los colaboradores. Será necesario ayudar a los colaboradores a superar sus miedos a la IA. Para los gerentes de línea, será necesario capacitar al personal para que trabajen con grandes volúmenes de datos y piensen de manera más estratégica. Ser capaz de mediar en estas interacciones, resolver conflictos y sacar lo mejor de las personas será una habilidad clave de liderazgo. Al final, las organizaciones que aún no están experimentando con IA o planificando su estrategia de IA sin duda se están quedando atrás. Fuente: Sebastián Meléndez Coach Ejecutivo Alto Desempeño IFM Global